Hidrocefalia
HIDROCEFALIA
La hidrocefalia es una afección caracterizada por una acumulación anormal de líquido cefalorraquídeo (LCR) dentro de los ventrículos del cerebro. El LCR rodea el cerebro y la médula espinal. Cuando se bloquea la vía circulatoria del LCR, el líquido comienza a acumularse, lo que hace que los ventrículos se agranden y aumente la presión dentro de la cabeza, lo que provoca hidrocefalia.
¿Cuáles son los diferentes tipos de hidrocefalia?
- La hidrocefalia comunicante ocurre cuando no hay obstáculo, también llamada no obstructiva.
- La hidrocefalia no comunicante, también llamada hidrocefalia obstructiva, ocurre cuando hay un obstáculo.
- La hidrocefalia de presentación rápida, esta se presenta en horas o días, también llamada aguda.
- La hidrocefalia crónica, se presenta de forma lenta por días, semanas o meses.
- La hidrocefalia también se puede clasificar como congénita o adquirida:
La hidrocefalia congénita está presente al nacer y puede ser causada por eventos o influencias que ocurren durante el desarrollo fetal o anomalías genéticas.
La hidrocefalia adquirida se desarrolla en el momento del nacimiento o en algún momento posterior.
¿Cuáles son los síntomas de la hidrocefalia?
La posible tríada de síntomas generalmente se presenta de la siguiente manera:
- Alteración de la marcha y dificultad para caminar.
- Demencia leve.
- Deterioro del control de la vejiga.
Es posible que estos síntomas no ocurran todos al mismo tiempo y, a veces, solo uno o dos síntomas están presentes. La tríada de síntomas a menudo se asocia con el proceso de envejecimiento y la mayoría de la población de NPH tiene más de 60 años.
¿Cómo se diagnostica la hidrocefalia?
Una vez que hay sospecha de un tipo de hidrocefalia, generalmente se recomiendan una o más de las siguientes pruebas para confirmar el diagnóstico y evaluar la candidatura de la persona para el tratamiento de derivación. Es importante que en este momento un neurocirujano y/o neurólogo forme parte del equipo médico.
Su participación es útil no solo para interpretar los resultados de las pruebas y seleccionar candidatos probables para la derivación, sino también para analizar la cirugía real y la atención de seguimiento, así como las expectativas y los riesgos de la cirugía.
- Exámenes clínicos: consisten en una entrevista o un examen físico/neurológico.
- Imágenes cerebrales para detectar ventrículos agrandados.
- Pruebas de LCR para predecir la capacidad de respuesta de la derivación y/o determinar la presión de la derivación.